16.6.12

SOLO TENGO DOS RAZONES



Si seguís mi blog ya conocéis nuestro colegio.

Ángel ha comenzado su escolarización este año y ahora que termina el curso podemos hacer balance.

Tenemos mucha suerte, no todos los alumnos con TEA (ni muchísimo menos) pueden disfrutar de su derecho a la Inclusión.

Ángel ha conseguido mucho este curso y nosotros también, toda la familia.

Seguiremos trabajando para que reciba todos los recursos necesarios para su Inclusión educativa y esto le permita en el futuro también la Inclusión Social, Laboral…

Pero ayer nos dieron la peor de las noticias que no augura nada bueno.

De la situación que nuestro colegio está sufriendo solo puedo sacar algo bueno en claro.

La Comunidad Educativa está unida, como Fuenteovejuna, y esto nos hará más fuertes, más grandes pase lo que pase.

Escucho que algunos jóvenes van a las manifestaciones para no asistir ni a clase ni al trabajo. Que una generación de vagos y maleantes no salvaran a España de esto.

Escucho que los profesores se han quejado por no querer trabajar más, por no cobrar menos, no porque les importe en que acaba la educación de sus alumnos.

Escucho que ha habido abusos que ahora todos pagamos, que se abusó de las ayudas para todos y ahora no las hay para nadie.

Escucho a políticos tirándose balonazos a la cara, esquivando responsabilidades, comentado que las opiniones se manipulan, que se engaña a los ciudadanos, que estamos así por tu culpa, que no que por la tuya.

Miren ustedes, como dice el anuncio, yo no soy tonta.

Ya es difícil que manipulen las opiniones, por la sencilla razón de que ya no creemos a nadie, ni a los unos, ni a los otros.

Cuando se soportan tantas mentiras, tantos abusos de poder, tanta descarada impunidad y despotismo, ya no estás cerca de ninguno.

Les voy a contar un caso…

Mi hijo tiene autismo, pero también tiene 4 añitos.

Va al colegio con su hermano, todas las mañanas entra en el cole siguiendo la fila con todos sus compañeros.

Los amigos de su clase le saludan cada mañana y me preguntan por él cuando solo va su hermano porque él está malito.

Sus profesores se han afanado en su Inclusión, en su clase hay pictogramas que le anticipan el día.

Sus profesores lo acompañan en cada cambio de actividad a cubrir el picto que ha acabado y descubrir la siguiente acción.

En su clase hay 24 alumnos, este año hemos conseguido quitar el pañal y vamos ya al baño. Todo un hito en nuestras vidas.

El equipo de orientación, la tutora, la orientadora, la profesora de pedagogía terapéutica (PT) ha tenido con nosotros, sus padres, una reunión por trimestre en la que hemos preparado el trabajo para trabajar en casa a la par que en el cole.

Su Auxiliar Técnico Educativo (ATE) le ha ayudado en el programa de control de esfínteres y en el comedor escolar en su autonomía personal, además de acompañarlo en otras actividades.

Este año no hemos podido tener sesiones de Audición y Lenguaje (AL) porque en el cole había demasiados niños que requerían este recurso y solo tenemos AL compartida con otro centro. Aún así nos han aumentado por ello las sesiones de PT.

Todo el personal no docente, del comedor, el conserje, la limpieza, todos conocen y dan cariño a Ángel, porque aunque esta apreciación no cuenta porque soy su madre es un niño muy cariñoso.

Los padres de la clase han contado con él como uno más, lo han invitado a los cumples, han llevado a sus hijos a celebrar el suyo, han adaptado con pictogramas los cuentos que las familias han contado en clase, lo saludan con cariño cada mañana a la entrada y cada tarde a la salida del cole,  y ahora estamos preparando la actuación de fin de curso (toda una aventura).

Mi hijo va al cole, al cole con su hermano.

Si me recortan esto, díganme ¿Qué me están recortando? Si mi hijo que tiene 4 años, que tiene autismo, que tiene compañeros de clase, que tiene amigos, deja de tener ATE, AL, PT, y profesor de apoyo en infantil ¿saben ustedes que me están recortando?

Como no voy a luchar, es mi hijo, lo será toda la vida. Que sea feliz es mi lucha.

No tiene que manipularme nadie, no tienen que tergiversar ninguna verdad, no me tienen que convencer de la necesidad de sacrificio en tiempos difíciles.

Yo solo tengo dos razones para implicarme en esta lucha, para meterme en líos,  para que la voz me tiemble ante un micrófono, para perder el sueño, para contestar a los mayores de mi casa, para subirme a una silla y alzar la voz en una sala llena de gente.

Yo solo tengo dos razones y no son ni ideológicas, ni políticas, ni salariales, ni profesionales, ni sindicales.

Yo solo tengo dos razones para oponerme a estas medidas, MIS HIJOS.

Diganme ¿Las hay más poderosas?




5.6.12

LA VIDA ES SUEÑO

Y los sueños, sueños son.

Tengo dos hijos, sueño con ellos, sueño para ellos. Sueño  y los sueños, sueños son.

Mi sueño no te tiene porque parecerte  ridículo o inalcanzable, no tiene por qué darte pena, no tiene que escandalizarte.

Es lo que tienen los sueños.

Si tú tienes hijos soñaras cosas para ellos. Como ser campeón del mundo de motociclismo, que juegue con la roja, sea concertista de piano, top model,  llegue a ser premio Nobel, o Presidente de la III República.

¿Qué posibilidades tienes de que tu sueño se cumpla? ¿Te rindes por eso? NO.

Llevas a tu hijo a los entrenos, le regalas el juego de química y el microscopio, y lo acompañas a clases de piano y danza.

Ilusionada sabes que es muy difícil que pasen estas cosas, que en realidad cuando sea adulto, no será ni tanto ni tan calvo. Pero es momento de fomentar sus capacidades y darle las oportunidades necesarias para que esté en el momento oportuno, en el lugar oportuno y motivado.

 Así conseguirá grandes cosas. Porque lo estas enseñando a soñar, y solo teniendo sueños propios se llega lejos.

Por el camino nuestros sueños mutan, cambian, evolucionan.  Pero sin ellos no podríamos ser felices.

Dime porque mi sueño es más imposible que el tuyo. 

Yo quiero para mi hijo, una vida feliz. Que tenga vecinos, compañeros de colegio, compañeros de trabajo, amigos, y quizás hasta pareja (aunque yo seguro que seré mala suegra). Que tenga una vida feliz.

Pero fíjate, para muchos esto es una locura y una triste manera de escapar de mi realidad. Ya ves, tanto o más que la madre del campeón del mundo de Fórmula 1 del 2.025.

No  voy a renunciar a mis sueños.

Trabajamos para que nuestros hijos tengan sus propios sueños, que en la mayoría de los casos no es el que nosotros soñamos, pero que les hace ser felices, sentirse realizados.

Y porque no entiendo qué diferencia mi sueño del tuyo, del de otras personas, no entiendo porque tenemos que tener lugares apartados para cumplirlos.

He leído sobre el proyecto “La ciudad del autismo”.



Sinceramente solo el nombre me causa repelús. Como dijo Menchu Gallego “¿Cómo sonaría la ciudad del Síndrome de Down o la ciudad de los sordos?”.

No entiendo muy bien el concepto de “un lugar donde las personas con autismo tendrán todos los recursos desde que nacen hasta que mueren”. Supongo, o me gustaría suponer, que es una cuestión de mala explicación, de palabras desafortunadamente pronunciadas. Pero cuando leo sobre la macroresidencia, no parece que el concepto sea muy inclusivo que digamos.

Me duele la voz de repetir que la inclusión no es normalización.

Un colegio de Educación Especial puede ser más inclusivo que un Ordinario, pero mil veces, si es que en el Ordinario pretendemos hacer circulitos recortando esquinitas.





Yo no quiero ser un círculo, soy un cuadrado viviendo con otras formas geométricas.

Yo no quiero una ciudad de cuadrados, porque no quiero una ciudad solo de círculos.

Creemos entonces una ciudad solo de gente normal, donde tengan sus necesidades cubiertas desde que nacen hasta que mueran. 

Desde que nacen hasta que mueren... Mi hijo no "sufre" autismo, pero condenarlo a vivir en una isla así, apartado de todo aquello que le incluye en la sociedad, creo que si supondría un sufrimiento para él y para nosotros, su familia. 

Desde que nacen... ¡pues no hemos vivido cosas desde que nació! ¡cuantas cosas hemos compartido! ¡Y con cuanta gente! Todos ellos diferentes, lo que viene a ser una sociedad. 

Hasta que mueren... Puuff ¡pues no tiene que dar guerra mi hijo! ¡Le queda por vivir...!!! gente y lugares nuevos que conocer, crecer, compartir, reír, sufrir, sentir dolor, amar, disfrutar...

Definitivamente NO. No lo entiendo, hago el esfuerzo de entender, porque estas personas son padres y quieren lo mejor para sus hijos. El problema es que, a veces, los padres nos equivocamos.

No quiero una ciudad para mi hijo ¡QUIERO EL MUNDO PARA ÉL!