Y los sueños, sueños son.
Tengo dos hijos, sueño con ellos, sueño para ellos. Sueño y los sueños, sueños son.
Mi sueño no te tiene porque parecerte ridículo o inalcanzable, no tiene por qué darte pena, no tiene que escandalizarte.
Es lo que tienen los sueños.
Si tú tienes hijos soñaras cosas para ellos. Como ser campeón del mundo de motociclismo, que juegue con la roja, sea concertista de piano, top model, llegue a ser premio Nobel, o Presidente de la III República.
¿Qué posibilidades tienes de que tu sueño se cumpla? ¿Te rindes por eso? NO.
Llevas a tu hijo a los entrenos, le regalas el juego de química y el microscopio, y lo acompañas a clases de piano y danza.
Ilusionada sabes que es muy difícil que pasen estas cosas, que en realidad cuando sea adulto, no será ni tanto ni tan calvo. Pero es momento de fomentar sus capacidades y darle las oportunidades necesarias para que esté en el momento oportuno, en el lugar oportuno y motivado.
Así conseguirá grandes cosas. Porque lo estas enseñando a soñar, y solo teniendo sueños propios se llega lejos.
Por el camino nuestros sueños mutan, cambian, evolucionan. Pero sin ellos no podríamos ser felices.
Dime porque mi sueño es más imposible que el tuyo.
Yo quiero para mi hijo, una vida feliz. Que tenga vecinos, compañeros de colegio, compañeros de trabajo, amigos, y quizás hasta pareja (aunque yo seguro que seré mala suegra). Que tenga una vida feliz.
Pero fíjate, para muchos esto es una locura y una triste manera de escapar de mi realidad. Ya ves, tanto o más que la madre del campeón del mundo de Fórmula 1 del 2.025.
No voy a renunciar a mis sueños.
Trabajamos para que nuestros hijos tengan sus propios sueños, que en la mayoría de los casos no es el que nosotros soñamos, pero que les hace ser felices, sentirse realizados.
Y porque no entiendo qué diferencia mi sueño del tuyo, del de otras personas, no entiendo porque tenemos que tener lugares apartados para cumplirlos.
He leído sobre el proyecto “La ciudad del autismo”.
Sinceramente solo el nombre me causa repelús. Como dijo Menchu Gallego “¿Cómo sonaría la ciudad del Síndrome de Down o la ciudad de los sordos?”.
No entiendo muy bien el concepto de “un lugar donde las personas con autismo tendrán todos los recursos desde que nacen hasta que mueren”. Supongo, o me gustaría suponer, que es una cuestión de mala explicación, de palabras desafortunadamente pronunciadas. Pero cuando leo sobre la macroresidencia, no parece que el concepto sea muy inclusivo que digamos.
Me duele la voz de repetir que la inclusión no es normalización.
Un colegio de Educación Especial puede ser más inclusivo que un Ordinario, pero mil veces, si es que en el Ordinario pretendemos hacer circulitos recortando esquinitas.
Yo no quiero ser un círculo, soy un cuadrado viviendo con otras formas geométricas.
Yo no quiero una ciudad de cuadrados, porque no quiero una ciudad solo de círculos.
Creemos entonces una ciudad solo de gente normal, donde tengan sus necesidades cubiertas desde que nacen hasta que mueran.
Desde que nacen hasta que mueren... Mi hijo no "sufre" autismo, pero condenarlo a vivir en una isla así, apartado de todo aquello que le incluye en la sociedad, creo que si supondría un sufrimiento para él y para nosotros, su familia.
Desde que nacen... ¡pues no hemos vivido cosas desde que nació! ¡cuantas cosas hemos compartido! ¡Y con cuanta gente! Todos ellos diferentes, lo que viene a ser una sociedad.
Hasta que mueren... Puuff ¡pues no tiene que dar guerra mi hijo! ¡Le queda por vivir...!!! gente y lugares nuevos que conocer, crecer, compartir, reír, sufrir, sentir dolor, amar, disfrutar...
Definitivamente NO. No lo entiendo, hago el esfuerzo de entender, porque estas personas son padres y quieren lo mejor para sus hijos. El problema es que, a veces, los padres nos equivocamos.
No quiero una ciudad para mi hijo ¡QUIERO EL MUNDO PARA ÉL!
´¡¡ÁNIMO Y SIEMPRE HACIA DELANTE!! Después del golpe vienen las grandes alegrías que te dan los avances, por pequeños que sean. Lo que para otra madre es normal y ni se da cuenta, a ti te llena de FELICIDAD!! Los progresos son increíbles mes a mes y cuando te das cuentas, ni una misma se cree haber podido llegar hasta allí. Un besazo
ResponderEliminarllara
Te he leido como si me estuviera escuchando a mi misma, te entiendo perfectamente, los suenos son completamente necesarios y nadie puede decirnos cual sera el futuro de nuestros hijos. Pero como bien dices, lo descrito no es lo que ningun padre quiere para sus ninos, ningun padre querria que sus hijos se encuentren aislados del mundo al que ellos tambien pertenecen. Sigue trabajando como hasta ahora y veras que las recompensas seran enormes.
ResponderEliminarUn beso
Mari
tenerautismoencasa.blogspot.co.uk
Yo tambien sueño, sueño con mi hijo hablando fluidamente, graduandose, teniendo un trabajo, una pareja, sueño.. sueño una vida normal como la de todos, mientras otros sueñas con astronautas yo sueño con un hombre de bien que pueda ir a comprar el pan siempre que quiera, es mi sueño y nadie me lo quita, tiene el mismo valor que los sueños de otros. Que desatina llamar la ciudad del autismo, es un nombre horripilante, pronto habran las villas de la ceguera y quien sabe si las villas del cancer. Desde q nacen hasta que mueren, vaya suena a un deposito, de verdad es espeluznante.
ResponderEliminarIsabel, cuando mi Helena nació, recién llegadas a casa de la clínica, viéndola tan pequeñita y hermosa , desbordando mi amor por ella le dije: "no seré yo quien corte tus alas, te apoyaré siempre y estaré siempre para ti, pero deberás volar un día y encontrar tu lugar, te amo tanto que me gustaría dártelo todo, pero eso no sería justo, te enseñaré -hasta dónde sepa y pueda- cómo tener todo lo que quieras, eso haré" y se lo juré, ese día yo le dije a mi hija que trataría de ser la mejor madre del mundo para ella, y que su felicidad estaría antes que nada ...han cambiado muchas cosas pero no mi juramento, Helena tiene el mundo delante de ella, el mundo que ella elija, no se lo impondré yo ni dejaré que nadie lo haga...ella vivirá, como maravillosamente has dicho, sus sueños.
ResponderEliminarBordada desde un gran corazón de madre tu entrada. Gracias.
Preciosa entrada, me identifico en cada una de tus palabras. Yo también quiero el mundo entero para mis hijos, y lo tendrán. Un abrazo.
ResponderEliminarIsabel me emociona tanto tus palabras, que las que escribo yo ahora lo hago con los ojos humedecidos, y no porque tu lucha sea mayor que la mía o la mía menos que la tuya, sino porque yo también sueño cada día y cada noche con un mundo donde nuestros hijos puedan ser felices siendo como son, que se puedan defender en la vida y que sean personas para bien. Yo no pido más, yo no sueño más. Sólo eso, su felicidad.
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