Cuando
llega el diagnostico te sientes perdido y asustado. Momentos de tanta
incertidumbre vital que te superan, por momentos te acobardan y paralizan, a
veces solo sientes ganas de escapar, de huir o esconderte en ninguna
parte, salir corriendo.
Procura
que dure poco tiempo, porque tienes que ponerte las pilas. Es de vital
importancia que te pongas en marcha y manos a la obra lo antes posible.
Aprietas
los dientes y con más miedo que vergüenza te lanzas a la aventura de vivir de
otra manera.
Ahora
cuando recuerdo aquellos momentos, en ocasiones, me gustaría poder tener una
conversación conmigo misma a lo Marty McFly regresando del futuro.
He
pensado muchas veces que me diría a mi misma en aquellos difíciles momentos y
todavía no estoy segura.
Quizás
solo me diría “calma, disfruta de estos años, porque se irán y no volverás a
tener la oportunidad de disfrutarlos, y créeme aunque ahora no lo creas echaras
muchas cosas de menos, otras las recordarás con amargura, y otras celebrarás que
hayan pasado ya, pero de todas aprenderás, todas te harán crecer. Lo estás
haciendo muy bien”.
Pero
la mejor noticia que me gustaría darme es que no estaremos solos.
A
nuestra vida llego un día el autismo, y trajo muchas cosas. Algunas difíciles y
otras muy satisfactorias. Pero una de las mejores cosas que nos dio fue
conocerla y que pasara a formar parte de nuestra familia.
Recuerdo
perfectamente el primer día que la vi. Yo estaba tremendamente asustada porque
mi hijo comenzaba la escolarización, temblaba literalmente de miedo. Recuerdo
su voz, sus gestos, su calma y su sonrisa quedaron grabados en mi mente como un
mantra.
Desde
aquel día un hada de cabellos dorados nos acompaña a toda la familia.
Lourdes
a cambiado nuestra vida, y lo ha hecho formando parte de ella.
Nadie
interviene en tu vida desde un despacho o detrás de una mesa. Quien quiere peces…
ya se sabe, tiene que mojarse su parte más noble.
Lourdes
se ha inmerso en nuestra familia como parte de ella, nos ha enseñado a todos,
nos ha guiado, apoyado y confortado. Nos acompaña a diario en una aventura de
la que ella también es protagonista con nuestra familia porque como digo forma
parte de ella.
Lourdes
es una profesional, una profesional como la copa de un pino, las habrá iguales
pero para nosotros no mejores, porque ella es la “nuestra”.
Sea
en la disciplina que sea, no hay fortuna mayor para una familia que encontrar
un profesional aliado, que combata contigo, que confíe en tus posibilidades,
que crea que puedes conseguir lo que te propongas, que te de las herramientas adecuadas
para trabajar y conseguir retos.
Lourdes
es la nuestra, es nuestro milagro.
Muchos
te contarán historias de terror, te desilusionarán, te herirán en lo más
profundo de tu esperanza, sentirás a veces el uso y el abuso, puede que hasta
huelas la espalda de aquellos a los que creías en tu lucha, puede que haya días
teñidos de discriminación y palabras incisivas.
Pero
en este mar de miedos y batallas perdidas, existen botes salvavidas salpicados
por el mar helado. Cuando encuentres uno aférrate a él con fuerza porque lo
necesitaras para el viaje.
Un
profesional, trabaja. Parece obvio pero no lo es.
Todos
trabajamos para nuestro sustento y con un poco de suerte para nuestra calidad
de vida. Trabajamos por un sueldo. Todos.
Los
profesionales que trabajan con las personas con autismo, también. Son
trabajadores, no esperes de ellos jornadas de 24 horas. Esas las tenemos los
padres.
Pero
hay personas, sí personas, que trabajan con pasión y además le pagan. Personas
que te sienten como parte de su vida y la cambian para siempre.
Personas
que miran a cada uno como único, que en momentos de ocio se acuerdan de ti y te
comentan cuanto te han echo de menos, que pasan de intervenir a quererte, que
tienen tiempo para escucharte, que se preocupan por cómo y qué ocurre fuera del
trabajo.
Nosotros
hemos tenido la suerte de encontrar una persona. Lourdes no es nuestra
profesional, Lourdes es nuestra persona.
Ella
lucha a nuestro lado, nos sabe capaces, nos alienta y nos corrige. Se ocupa y
se preocupa, nos pone en la verdad, nos escucha y nos siente.
Hemos
conseguido muchas cimas juntos, pero ella sola ha conseguido ser nuestra
familia, confiando en nosotros, celebrando los éxitos, construyendo el futuro,
forjando nuestra autoestima y trabajando, trabajando y trabajando. En horario
lectivo y en festivo, porque también ha festejado con nosotros el fruto de
nuestro trabajo.
Lo
que nos está pasando no es un milagro, el milagro es haberla conocido.
El
milagro es tener a tu persona, si la encuentras no la dejes ir nunca, aunque ya
no trabaje contigo, ni viva en tu ciudad, ni la tengas cerca, no la dejes salir
de tu vida nunca.
Y si
tienes cerca a tu persona, disfrútala, no desaproveches ni un solo momento para
decirle que la quieres y que es tu milagro.
Si
eres un profesional, sube un peldaño y conviértete
en la persona de una familia, es el Cum laude de una carrera y no todos lo
alcanzan, pero si lo intentas serás capaz, las familias estamos deseando que lleguéis
a nuestras vidas.
Lourdes
Pérez-Roldán eres nuestra persona, te queremos. Nunca dejes de ser nuestro
milagro.
Oleeeeeeeeeeeeee y oleeeeeeeeeeeee por Lourdes y por vosotros que os lo merecéis muchísimo.Un besazo enorme familia.
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